Durante la madrugada del miércoles 16 de abril, un fenómeno luminoso sorprendió a habitantes de la Ciudad de México, el Estado de México y otras regiones del centro del país. Un estruendo acompañado de una intensa estela de luz fue visible en el cielo, generando confusión y reportes de una aparente actividad sísmica.
Según explicó la doctora Guadalupe Cordero-Tercero, del Instituto de Geofísica de la UNAM, el fenómeno fue causado por un bólido, un meteoro extremadamente brillante que se fragmentó al entrar en la atmósfera. La explosión, ocurrida a unos 30 o 40 kilómetros de altura, generó una onda de choque que provocó vibraciones en la tierra.
El paso del meteoro fue registrado en zonas como Pachuca, Taxco, Pinal de Amoles y cerca del Popocatépetl. Incluso, una cámara de monitoreo volcánico captó el momento exacto del destello y la explosión, lo que ayudó a confirmar su naturaleza astronómica.
Aunque inusual para el ojo humano, la investigadora señaló que este tipo de eventos son más comunes de lo que se cree. Se estima que cada dos días y medio, un objeto de al menos un metro de diámetro entra a la atmósfera terrestre, pero la mayoría de las veces ocurre sobre océanos o zonas deshabitadas.