En un acto que ha generado tanto conmoción como reconocimiento, un pediatra y una enfermera del Hospital General de Macuspana, en Tabasco, improvisaron un dispositivo de oxigenación con una botella de plástico para salvar la vida de un recién nacido. El menor sufría distrés respiratorio causado por meconio en sus pulmones, y ante la falta de insumos, el personal actuó con ingenio para asistirlo de inmediato. El caso salió a la luz tras viralizarse una imagen del bebé con el dispositivo improvisado.
La fotografía desencadenó una investigación oficial para determinar si el hospital enfrentaba una escasez prolongada de insumos médicos esenciales. Como resultado, el director del hospital, Édgar Huerta Ortiz, y el administrador fueron suspendidos temporalmente mientras se aclara la situación. El subdirector asumió el control del centro de salud de forma provisional, mientras continúan las indagatorias para establecer responsabilidades administrativas.
Durante una conferencia de prensa, el coordinador del IMSS-Bienestar en Tabasco, Adalberto Pérez Lanz, reconoció la actuación del personal médico y aseguró que no habrá sanciones contra ellos, ya que actuaron en favor de la vida del paciente. “Muchos médicos hemos tenido que trabajar con lo que tenemos a la mano”, dijo, subrayando la dedicación del personal de salud en situaciones críticas.
Afortunadamente, el bebé —originario del municipio de Tila, Chiapas— ya se encuentra en casa y en buen estado de salud. Las autoridades continúan monitoreando su evolución y han establecido coordinación con el IMSS-Bienestar en Chiapas para asegurar su seguimiento médico. El caso ha reavivado el debate sobre las condiciones en hospitales rurales y la necesidad urgente de garantizar los recursos necesarios para brindar atención médica digna.