- Alberto Treviño, ex secretario de Turismo, comparte la filosofía estoica como una forma de vivir plenamente, libre de cargas que no te corresponden y aprender a disfrutar el hoy
Cabo San Lucas.- Después de atravesar una profunda crisis emocional, Alberto Treviño Angulo, encontró en el estoicismo, la introspección y el crecimiento personal una nueva manera de vivir y liderar, hoy combina su labor empresarial con la difusión de principios de vida basados en la virtud, la autenticidad y la conciencia.
Así lo expresa, el escritor en su primer libro Contra Corriente: Perdiendo Gané, que es un testimonio poderoso sobre cómo soltar el control, cultivar lo esencial y vivir desde lo que realmente importa.

Treviño Angulo, expone que escribir este libro fue un acto de valentía, pero también de reconciliación, no con los demás, sino consigo mismo; hoy plantea que vivir contra corriente no es ir en contra del mundo, es dejar de ir en contra de si. No se trata de oponerse por rebeldía, sino de atreverse con conciencia, aunque eso incomode, aunque eso lo saque del molde, aunque eso implique soltar.
Es más fácil nadar con la corriente de lo conocido, seguir las expectativas, repetir patrones, buscar validación externa, pero llega un punto en el que el precio de encajar es demasiado alto y decidió empezar a vivir desde su verdad, no tratar de hacer algo por el reconocimiento social o por tratar de estar bien con la otra personal, es rescatarse a sí mismo.
Alberto Treviño, egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara, con estudios de Administración de Empresas con especialidad en Turismo, en su trayectoria pública fue Secretario de Turismo, diputado local y candidato a la alcaldía de Los Cabos. Actualmente es empresario, escritor y creador del podcast Los Cabos Estoico, donde explora la filosofía estoica como una herramienta práctica para el bienestar y la transformación personal.

En conferencia de prensa, compartió que el libro nació de esa necesidad que tenía de compartir con la gente una experiencia que vivió y que le dejó la oportunidad de elegir tomar la experiencia; dijo que inició su carrera en la parte turística, en la función pública y pensó en ese momento que tenía una vocación de servicio de poder funcionar en la política, estaba joven e idealista y los cambios los quería hacer afuera, intentó mucho, se tropezó mucho pero lo más importante, se dio cuenta que para cambiar el mundo primero tenía que cambiar él.
Estaba retirado de la política después del 2015, se integró al sector productivo de Los Cabos y en una de las crisis más grandes después del Covid, fue muy difícil para los empresarios tanto los costos como los intereses, un colapso económico que lo llevó a un colapso personal donde no pudo resistir ni en su mente ni en sus emociones ni en su cuerpo y espíritu, tocó fondo, tuvo que separarse de la empresa un tiempo, estuvo en una etapa de depresión, por lo que tuvo que buscar alternativas para solucionarlo.
Fue entonces cuando entendió que tenía dos opciones, la primera ver esa gran dificultad como un fracaso, victimizarse, la segunda, tomarlo como una derrota temporal, aprender la lección, porque todas derrotas temporales tienen una semilla adentro de un beneficio, si la encuentras aprendes de ese camino. La gente que llega a la cima tuvo que haber pasado por el valle de la oscuridad. Puso como ejemplo a Mandela, Gandhi, Jesucristo, todos tuvieron que pasar por la oscuridad para volver a encontrarse.


Esa decisión de tratar de aprender de la derrota, dijo, lo ayudó a buscar ayuda logrando el apoyo de profesionales primero el tema de la mente, después en la parte emocional, la parte física y finalmente el tema espiritual, encontrando asi el equilibrio.
Y en ese proceso de búsqueda encontré el estoicismo, lo primero que leyó fue la dicotomía del control una teoría que señala que el individuo solamente puede controlar sus pensamientos, acciones y actitudes no más; no puede controlar lo que los demás piensan de él.
Fue entonces cuando entendió que se preocupaba por lo que no podía tener control: por los intereses del banco, si Trum iba a aplicar aranceles y lo que va a pasar en el futuro, ahí entendió que tenía que aprender a soltar lo que no podía controlar y dejar cargas y cargas de situaciones que le venían angustiando. Para que preocuparse del pasado y futuro, sino disfrutar del hoy, del presente, no gastar la vida en cosas que no se saben si van a suceder.
Es el estudio de esta filosofía que nadie la pone en práctica, subrayó, es en ese momento fue cuando empezó a escribir meditaciones y en face a compartirlas, y con eso empezaba dos cosas a sanar y aprender el estoicismo y llegar a un sentido, un propósito en la vida.
En esta etapa redescubrió su pasión, el escribir, para lo cual es bueno, lograr remuneración y como contribuir a la comunidad, y este libro tiene un propósito, una causa, le encanta lo que hace, tiene remuneración y lo destina hacia una causa noble a favor de una asociación civil.
Ahora es tiempo de compartir el libro que es un viaje, una guía, de su experiencia que vivió y que va a servir, como la filosofía estoica es práctica, se puede tener mucho conocimiento pero si no se pone en práctica, no se convierte en sabiduría.
Las acciones valen más que mil palabras, lo que piensas, haces y dices, si esto va en la misma dirección eso se llama congruencia. Este libro lleva paso a paso en 10 capítulos el aprender a soltar, expectativas contra la realidad, el espejo de los demás, el autoconocimiento, la disciplina emocional, acción con propósito, la libertad interior, encontrar tu ikigai, relaciones conscientes y la muerte como maestra.