El huracán Rafael ha dejado un panorama devastador en Cuba, afectando gravemente a localidades como Artemisa y La Habana. Según declaraciones del presidente Miguel Díaz-Canel en Artemisa, hay comunidades totalmente devastadas, con daños en casi todos los hospitales y algunos policlínicos. Además, se necesitan brigadas de electricidad en ocho municipios para atender la crisis. El diario Granma reportó que “todo está afectado” en Artemisa, lo que refleja la magnitud de los daños.
El sistema eléctrico en Cuba, ya deteriorado por la falta de inversión, enfrenta ahora mayores problemas debido al impacto del huracán. Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, informó que solo dos sistemas electroenergéticos están en funcionamiento actualmente, uno cubriendo desde Matanzas a Holguín y otro con microsistemas en Santiago de Cuba y Guantánamo. Sin embargo, estos son insuficientes para cubrir la demanda de toda la población.
En La Habana, se logró restablecer el servicio eléctrico en algunas áreas gracias a un microsistema en la zona occidental, beneficiando a hospitales y fuentes de abasto de agua en localidades como Cotorro, Guanabacoa y Habana Vieja. Según datos de Cubadebate, solo el 7,12% de los circuitos en la capital estaban operativos hasta la tarde del jueves, dejando a una gran parte de la población sin electricidad.
Las autoridades han reportado cerca de 461 derrumbes en La Habana, aunque no se han registrado fallecidos. La situación en el sector educativo también es crítica, ya que aunque la mayoría de las escuelas y universidades reanudarán clases el 11 de noviembre, las instalaciones más afectadas por el huracán seguirán cerradas. El régimen enfrenta un arduo reto para restaurar la infraestructura dañada y aliviar el sufrimiento de la población.