Un fuerte sismo de magnitud 7.5 sacudió a Taiwán a primera hora del miércoles, causando el derrumbe de edificios y la emisión de alertas de tsunami tanto en la isla como en Japón. Se trata del terremoto más poderoso en Taiwán desde 1999. Japón emitió una alerta de tsunami para el grupo de islas de Okinawa, al sur del país, y aunque se registraron olas de hasta 30 centímetros, la Agencia Meteorológica de Japón rebajó su pronóstico de 3 metros a 1 metro. El secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, informó que no ha habido reportes de heridos o daños en Japón y exhortó a los residentes de la región de Okinawa a permanecer en terreno seguro hasta que se levanten todos los avisos de tsunami.
En Taiwán, el sismo causó daños en edificios y llevó a la suspensión de servicios como el tren y el metro en toda la isla. Un edificio de cinco pisos en Hualien parecía gravemente dañado, con su primer piso colapsado y el resto inclinado en un ángulo de 45 grados. En Taipei, la capital, cayeron tejas de edificios más antiguos y algunos complejos de oficinas más nuevos. Las autoridades evacuaron a los estudiantes a los campos deportivos y los equiparon con gorros protectores para la cabeza, mientras que el servicio de trenes y el metro fueron suspendidos.
Además de los daños en los edificios, se reportaron cortes de energía y de Internet en algunas partes de Taiwán después del terremoto. Los vuelos hacia y desde el aeropuerto de Naha en la isla principal de Okinawa, así como los vuelos desde las islas Miyako e Ishigaki, también fueron suspendidos. Estos eventos son recordatorios de la constante amenaza sísmica en la región, ya que Taiwán se encuentra a lo largo del “Anillo de Fuego” del Pacífico, una zona propensa a terremotos debido a la actividad de las fallas sísmicas.