Culiacán volvió a ser escenario de violencia desmedida en la madrugada del martes, cuando una fuerte explosión sacudió la ciudad en medio de la guerra entre las facciones de El Mayo Zambada y Los Chapitos. La detonación, provocada por un dron, no dejó heridos, pero desencadenó una serie de tiroteos y ráfagas que generaron pánico en la población. Los informes locales indican que los enfrentamientos han dejado al menos cuatro muertos en las últimas horas.
El estallido ocurrió en la zona rural Limita de Itaje, a las afueras de Culiacán, donde las autoridades encontraron un dron calcinado, confirmando que el ataque no fue provocado por un coche bomba, como inicialmente se sospechaba. La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa sigue investigando el incidente y ha abierto una carpeta de investigación para esclarecer los hechos. A pesar de la violencia, las autoridades aseguran que se está trabajando en una estrategia para reducir los enfrentamientos y las víctimas.
La guerra por el control del Cartel de Sinaloa lleva tres meses intensificándose, desde la captura de El Mayo Zambada en EE.UU. y la supuesta traición de Los Chapitos, hijos de El Chapo Guzmán. García Harfuch, secretario de Seguridad, destacó el incremento de las tácticas violentas, como el uso de drones con explosivos, y el despliegue de fuerzas federales para contener la situación. Sin embargo, el clima de inseguridad continúa siendo crítico, con más enfrentamientos y muertes a lo largo de la jornada.
Los actos de violencia no se limitan a la explosión. Durante la noche, al menos diez personas fueron asesinadas, y dos cuerpos desmembrados fueron encontrados en cajas de plástico frente a oficinas gubernamentales. La guerra interna del Cartel de Sinaloa ha causado una grave crisis económica en la región, con pérdidas millonarias y la desaparición de miles de empleos. Las autoridades federales siguen en alerta máxima mientras intentan controlar la situación.