Marine Le Pen, líder de la extrema derecha en Francia, fue declarada culpable de malversación de fondos europeos para financiar su partido, Agrupación Nacional (RN). Como consecuencia, un tribunal la inhabilitó para ejercer cargos públicos durante cinco años, lo que le impide presentarse a las elecciones presidenciales de 2027. Además, fue sentenciada a cuatro años de prisión, dos de los cuales quedarán suspendidos, y a pagar una multa de 100.000 euros.
Con esta sentencia, culmina una trayectoria de más de una década en la que Le Pen llevó a su partido a convertirse en la formación más votada de Francia. A lo largo de los años, logró despojar al partido de la imagen radical heredada de su padre, Jean-Marie Le Pen, buscando proyectar un perfil más moderado y aceptable para el electorado francés. Sin embargo, la condena pone en duda su futuro político y el rumbo del RN.
A pesar de su inhabilitación, Le Pen conservará su actual escaño como diputada del Parlamento francés, pero no podrá postularse para futuras elecciones mientras dure la prohibición. Esto deja a su partido en la búsqueda de un nuevo líder para la próxima contienda presidencial, donde se menciona a Jordan Bardella, actual presidente del RN y eurodiputado, como posible sucesor.
Desde su llegada al liderazgo en 2011, Le Pen transformó la imagen del partido, alejándose de los discursos antisemitas y ultranacionalistas que caracterizaron a su padre. Con su estrategia de “desdemonización”, logró consolidar un importante bloque de votantes y llegar dos veces a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en 2017 y 2022, aunque sin poder derrotar a Emmanuel Macron.
El RN, bajo su dirección, obtuvo un histórico 31,37% de los votos en las elecciones europeas de 2024 y alcanzó un 33,15% en la primera vuelta de las legislativas. No obstante, su condena podría afectar la estabilidad y futuro del partido en la política francesa. Mientras sus seguidores denuncian la sentencia como una persecución política, sus oponentes consideran que es un duro golpe a la ultraderecha.
El futuro de Marine Le Pen y de la Agrupación Nacional es incierto. Aunque ha logrado un gran respaldo popular, la sombra de la justicia y la necesidad de un nuevo liderazgo podrían cambiar el panorama político de Francia en los próximos años.