Cincinnati, 6 de agosto de 2025. — La actriz estadounidense Kelley Mack, recordada por su papel como Addy en la serie The Walking Dead, falleció el pasado 2 de agosto a los 33 años de edad, tras enfrentar con valentía un glioma difuso de línea media, un agresivo tumor del sistema nervioso central. Su familia confirmó la noticia este miércoles.
Mack fue diagnosticada en enero de este año luego de sufrir intensos dolores lumbares y síntomas neuropáticos en las piernas. A través de redes sociales, compartió abiertamente el proceso que vivió, incluyendo las secuelas de una biopsia que le afectó la movilidad: perdió el uso de su pierna derecha y gran parte de la izquierda, por lo que requería apoyo de un caminador y una silla de ruedas.
Su participación en The Walking Dead, durante la novena temporada, la convirtió en una figura querida por los fanáticos de la serie. Interpretó a Addy, uno de los miembros jóvenes de la comunidad de Hilltop, apareciendo en cinco episodios que dejaron huella por su emotividad y desarrollo de personajes.
Además de su paso por el universo zombi, Mack brilló en producciones como Chicago Med, 9-1-1 y la cinta de terror Broadcast Signal Intrusion. Egresada de Chapman University con estudios en cinematografía, también destacó como productora, obteniendo reconocimientos en festivales de cine por cortometrajes como A Knock at the Door, premiado en el Atlanta Horror Film Fest.
El legado de Kelley Mack trasciende la pantalla, no solo por su talento artístico, sino por la fuerza y honestidad con la que enfrentó su enfermedad. Hoy, colegas, fanáticos y familiares la recuerdan como una artista apasionada y una luchadora incansable.