México se encuentra actualmente bajo la influencia de una serie de tormentas tropicales que rodean el país durante esta temporada de huracanes. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) está en alerta máxima, monitoreando la evolución de estos fenómenos. Una de las causas principales detrás de este incremento en la actividad ciclónica es el efecto Fujiwhara, una interacción meteorológica poco común y fascinante que ha dado lugar a la formación de cuatro ciclones en el Océano Pacífico.
El efecto Fujiwhara, según Conagua, es la interacción entre dos ciclones tropicales que están a menos de mil 200 kilómetros de distancia. Estos ciclones comienzan a girar en torno a un punto central entre ellos, creando una danza compleja y peligrosa. Si ambos ciclones tienen intensidades similares, se moverán alrededor de este punto de manera conjunta. Sin embargo, si uno de los ciclones es más fuerte que el otro, el más poderoso dominará al más débil, llegando incluso a absorberlo en algunos casos.
En las últimas semanas, el Océano Pacífico ha sido testigo de este fenómeno con la formación de las tormentas Carlotta y Daniel. La interacción entre estas tormentas ha intensificado la actividad ciclónica en la región, creando un entorno más dinámico y potencialmente peligroso. El efecto Fujiwhara no solo aumenta la frecuencia de ciclones, sino que también puede cambiar sus trayectorias de manera impredecible, complicando los esfuerzos de monitoreo y prevención.
Actualmente, las tormentas tropicales activas en el Pacífico, según Conagua, son Emilia y Fabio. La tormenta tropical Fabio se encuentra a 665 kilómetros al sur de Cabo San Lucas, Baja California Sur, y a 725 kilómetros al oeste-suroeste de Manzanillo, Colima. Fabio presenta vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora y rachas de hasta 120 kilómetros por hora, moviéndose al oeste-noroeste. Por otro lado, la tormenta tropical Emilia está ubicada al sur-suroeste de Cabo San Lucas y, debido a su distancia, no representa un peligro inmediato para el país.
Además de estas tormentas, México enfrenta el monzón mexicano, que junto con una inestabilidad en niveles altos de la atmósfera, canales de baja presión y la entrada de humedad del mar Caribe y el Golfo de México, está provocando lluvias intensas. Las regiones más afectadas incluyen Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Sonora y Sinaloa, donde se esperan precipitaciones muy fuertes debido a la combinación de estos factores.
La temporada de huracanes en México está marcada por una compleja interacción de fenómenos meteorológicos, con el efecto Fujiwhara desempeñando un papel crucial en la reciente actividad ciclónica. La vigilancia constante de Conagua y la preparación de las comunidades son esenciales para mitigar los impactos de estas tormentas y proteger a la población de los riesgos asociados.