Para salvaguardar los derechos humanos, se prohibe las terapias de conversión en Canadá

Tras la aprobación del Senado, la ley entrará en vigor una vez sea promulgada por la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, que ejerce las funciones de jefa de Estado en representación de la reina Isabel de Inglaterra.

El proyecto de ley ya fue aprobado el pasado 1 de diciembre por la Cámara de los Comunes del Parlamento canadiense. Tanto los Comunes como el Senado votaron en favor del proyecto de ley de forma acelerada después de que el Partido Conservador (PC), el principal grupo de la oposición, decidiera apoyar el texto legislativo.

El proyecto de ley prohíbe la aplicación de las “terapias de conversión” tanto a menores como adultos y penaliza con hasta cinco años de prisión a aquellas personas que faciliten la práctica.

Las “terapias de conversión” son prácticas que intentan modificar la orientación sexual de personas homosexuales. Su popularidad se ha extendido en los últimos años en grupos conservadores y religiosos, especialmente en Estados Unidos.

Este proyecto será desvelado este viernes y prevé castigar con penas de prisión de hasta cinco años este tipo de prácticas. Según informó la agencia AFP, el castigo se aplicaría a aquellos que apliquen estas terapias en cualquier circunstancia en menores de edad y también en adultos que no aceptaron participar en ellas con pleno consentimiento y conocimiento de sus posibles efectos. De acuerdo con la oficina gubernamental sobre la igualdad, que impulsa el proyecto, los criterios sobre la cuestión del consentimiento serán «sólidos y rigurosos». El ejecutivo impulsará una consulta pública de seis semanas hasta el 9 de diciembre y luego preparará un proyecto de ley, cuya aprobación está prevista para la próxima primavera boreal.

También en octubre, los diputados franceses aprobaron por unanimidad una propuesta de ley que reafirma la prohibición de las «terapias de conversión» que buscan modificar la orientación sexual de personas lesbianas, gays, bisexuales y trans . Esas «terapias» que buscan «curar» a los homosexuales son poco conocidas en Francia y difícilmente cuantificables. Este proyecto de ley permitiría «salvar vidas», dijo la ministra interina de la Igualdad, Elisabeth Moreno.

“No hay nada que curar. Ser uno mismo no es un crimen, no se debe buscar cambiar la identidad de género o la orientación sexual de las personas”, agregó.

En redes sociales, el apoyo se multiplicó bajo el hashtag RienAGuerir (nada que curar), nombre de un colectivo de víctimas lanzado en 2020.